El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) implementa una herramienta digital aplicada al sistema de detección de moscas que incorpora un código QR para cada trampa colocada en la región del NEA.

El Programa Nacional de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (PROCEM) lo lleva a cabo utilizando una aplicación para celulares.

Los encargados de realizar las revisiones semanales de trampas y el muestreo de frutos tienen la posibilidad de registrar todos los datos referidos a esas actividades a campo directamente en el celular, sin necesidad de transportar planillas en papel.

A partir de la lectura de un código QR asociado a cada trampa, el monitoreador identifica la trampa e informa sus novedades, y en ese momento queda registrada la fecha, hora y geolocalización de la actividad realizada.

Esta nueva tecnología facilita y agiliza el trabajo a campo. Los datos recolectados se vinculan de forma automática con el sistema informático del Procem para consolidar la información, determinar los niveles poblacionales de la plaga a nivel regional y generar indicadores de gestión.

El sistema comenzó a implementarse en fase de prueba en el Procem NEA, donde actualmente se cuenta con más de 1400 trampas activas, que monitorean la presencia de la plaga sobre alrededor de 80 mil hectáreas de cítricos dulces y arándanos, ubicados dentro del denominado macizo frutícola, desde Monte Caseros –en la provincia de Corrientes– hasta Concordia –en la provincia de Entre Ríos–.

Esta red de trampeo permite conocer la dinámica de la mosca de los frutos en la región, a fin de alertar a los productores y diseñar estrategias de control en conjunto.

La plaga es considerada una de las de mayor importancia económica para la producción frutihortícola de la Argentina, debido a los daños que produce en la fruta y a las mermas económicas asociadas.

Desde los inicios del programa en la región del NEA en 2009 hasta la fecha, el trabajo conjunto entre el Senasa, los gobiernos provinciales y los productores logró disminuir la presión de la plaga a nivel regional, lo que repercute en una mejor calidad, sanidad y acceso a mercados de la fruta producida en la región.

Fuente: SENASA.

 

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